viernes, 21 de mayo de 2010

VIA FERRATA DE LES BAUMES CORCADES

Iniciamos nuestro periplo ferratino por la Via más técnica de todas. Quisimos aprender en la mejor escuela para mas adelante graduarnos en futuras universidades de la roca. El equipo lo formamos Dani y Raquel, Israel y Cristina, Carlos, David y Nacho. Un equipo mixto y bien preparado, con el toque siempre glamuroso de las féminas. Iniciamos la ascensión, tras un merecido café y surtido de bollos, a primera hora de la mañana de un dia soleado pero ventoso.


El tramo 1 y 2 lo superamos sin ninguna dificultad, mas allá de los divertidos comentarios de Cristina y la continua preocupación de Dani por facilitar el camino a su querida Raquel. El tramo 3, el mítico puente Nepalí de 68 mts y patio de órdago sobre el valle, supuso la primera dificultad seria. Dudas, algún intento de “me vuelvo a casa”, pero finalmente en un arranque de valentía y cierta ignorancia, fue superado por todos los miembros (y miembras), al final, alguna lagrimilla, cambio de bragas y muchos gritos de emoción, sobre todo en el pase a una pierna de Israel, con “dance” vertical incluido.

El tramo 4 denominado “l`Esperó”, en su variante ED (extremadamente difícil), se presentaba como un verdadero reto a nuestras ya diezmadas fuerzas. Las chicas prefirieron reservarse para el siguiente tramo y tomando buena posición por la variante fácil, se aplicaron en la grabación y concienzudo retrato de la progresión de los chicos. El inicio del tramo, con extraplomo y cambio de seguridad “todo en uno”, puso a prueba la concentración del equipo de ataque. A continuación, sin apenas tiempo para respirar y recuperar fuerzas, un flanqueo inacabable en semi extraplomo y verticalidad “extrem” nos condujo a un doble extraplomo con caída de mas de 40 mts., donde ni la fuerza, ni la concentración ni los ánimos eran suficiente ayuda para superarlo. Al grito de ¡con dos cojones! Fuimos uno a uno, en silencio, luchando contra semejante calvario ferratino. Ni las ensangrentadas manos, ni el inacabable patio, ni los posados invertidos de Carlos pudieron con nosotros. Al coronar, abrazos, aullidos y la ya clásica frase de Israel “¿donde empieza la ferrata?” nos llenaron de gozo y comunión montañistica.

Para postres, y tras un largo y pesado tramo de aproximación sin dificultad, nos allegamos al tramo 5. Esta última pared tiene un cierto carácter ludico y entretenido. Barriga con extraplomo rápido (que se puede pasar sin asegurarse), cueva y salida al balcón aéreo mediante una suerte de artilugio compuesto de tubo y escaleras, todo en junto hizo las delicias del ya exhausto equipo. Superado sin mayor dificultad, salimos escupidos a la cumbre del Puigsagordi, final de la Via y perfecto prado para tomar los ultimos retratos de familia, ingerir unas merecidas viandas, echar unas risas e iniciar el descenso por un camino bien marcado hasta el aparcamiento. En fin, un mañana de verdadero aprendizaje ferratero, en la que ningún “Brothers in Legs” quedo defraudado. Muy recomendable repetir, si estas un poco deprimido o en crisis. Se te pasa en la primera pared!

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