viernes, 21 de mayo de 2010

VIA FERRATA TERESINA DE MONTSERRAT

La Teresina es en el mundo ferratero algo asi como la meca de la aventura. Medio vía ferrata, medio camino equipado, fue construida en 1993 por un visionario escalador. Hoy se conserva en mal estado, lo cual le da, si cabe, mayor valor ferratistico. El equipo de ataque lo formamos Dani, David, Israel y Nacho, un autentico elenco de Brothers in Legs.

En los días previos, preparamos a conciencia la ascensión, incluyendo material de rappel para hacer un arriesgado descenso desde la cima de Santa Cecilia. El día amaneció encapotado y Daniel se levantó un tanto cenizo, ya en el coche empezó ha anunciarnos todos los males de la montaña cuando hay tormenta, que si la piedra resbala, que si los rayos queman, que si hay rayos invertidos que ascienden por las laderas y atacan a los alpinistas, que si…parecía que nos esperaba un sin fin de maldades. Aparcamos junto a una antigua ermita y sin mas dilación nos dispusimos atacar la montaña.

El tramo inicial de aproximación es una larga y entretenida canal. Cadenas, cuerdas y un túnel natural de piedra te van minando las fuerzas. Pasados 45 minutos de ascensión “rompepiernas” nos alojamos en una suerte de meseta elevada. Frente a nosotros y colgado sobre un patio de impresión, un puente de piedra natural marca el inicio del tramo 2. Un, dos, tres… siete grapas en diagonal te elevan sobre el flanco derecho del puente, colgándote literalmente del patio. Vértigo que te cag…! Superado este prometedor arranque y mediante un transito rápido y vertical por una canal encajonada, llegamos a una barriga de piedra imponente. Empieza a llover. Los presagios de Dani se cumplen y la piedra esta intratable. David e Israel superan la barriga en un silencio premonitorio. Dani, en un arrebato de fuerza, se lanza al ataque… pero las ruedas le patinan y parece que va a caerse… pone el control de tracción, ABS y … alehop! Arriba…

La lluvia parece que cesa e iniciamos el tramo 3 con mayor tranquilidad. Un flanqueo, unas cadenas y una ultima barriga muy vertical y expuesta nos conducen sobre el lomo de Santa Cecilia, un autentico dedo de roca megaexpuesto. Superados los primeros momentos de vértigo y sentados sobre la cima de la santa, nos aprovisionamos de comida y templamos los nervios con una amigable charla sobre accidentes de alpinistas en la montaña, todo muy constructivo y animoso! Al estar el piso húmedo y muy a pesar de la insistencia de David, no nos atrevemos a montar el anisado rappel. El destrepe optativo es de lo mas bonito que se puede hacer en una ferrata. Totalmente vertical y ciego, con los justos agarres y usando la técnica de apoyos de espalda, destrepamos uno a uno la canal de Santa Cecilia. Cambio de calzoncillos y grito unánime: ¡Brutal!

Hasta el tramo final, nos conduce una especie de via a media ladera muy vertical pero segura. Sin casi darnos cuenta, nos vamos adentrando por la base de una canal, cual cuchillazo en roca, formada por dos promontorios verticales separados entre si por menos de un metro. La sensación de claustrofobia es bastante agobiante. Este final de fiesta promete ser entretenido. Unas cadenas y cuatro agarres sirven para ir progresando centímetro a centímetro. El sudor, la niebla y algún “gas mortecino” dificultan el avance. Coronado con mucho esfuerzo este ultimo tramo, salimos escupidos directamente a Sant Jeroni, cumbre de Montserrat y final de la via. Abrazos, fotos, un trago de agua y pabajo! El descenso por la Canal del Mejillón no tuvo mas historia, algún culazo, un par de traspiés y el ataque de una planta carnívora sobre el ojo izquierdo de Nacho fue lo mas destacable. El coche estaba en su sitio y no nos habíamos dejado las luces encendidas. Una vez en casa, Raquel y Sandra nos recordaron el “sentido de nuestras vidas”, lo cual fue de agradecer. Que grande!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

VIA FERRATA REGINA DE PERAMOLA

Tras documentarnos muy bien y preparar concienzudamente la campaña, madrugamos el lunes de Pascua con intención de llegar a primera hora de la mañana a Oliana. El equipo directivo de Brothers in legs fichó para la ocasión a Jesús y Noe, pareja sin igual y a Ignacio Peró (apodado “el discreto”). En casa se quedaron con excusas variopintas Israel, Cristina y Carlos ¡Los echamos de menos!
Aparcada la furgoneta en un lugar un tanto sombrío, dejamos las luces puestas por si a la vuelta se nos hacia oscuro, nos enfundamos los arnes y resto de cachivaches y al tajo. En 30 minutos estábamos al pie de la primera pared, tramo 1, con las espaldas bañadas por el cristalino reflejo del pantano de Oliana. Precioso y prometedor inicio de aventura. A mitad de tramo 1, Nacho que iba de primero de cordada, tuvo que entregarse en cuerpo y alma para animar a Jesús y Noe, enredados en saber si lo que no les permitía avanzar era el vértigo o un inesperado enredo de mosquetones. A la postre, la pareja “novata”, no sin algún sobre salto, coronaron con éxito la primera pared. La jornada prometía riesgos y mucho dialogo.

El tramo 2, una mezcla de cadenas y chimenea con anclajes bien dispuestos, nos depositó al pie de una singular cumbrecilla, desde la que se divisaba el resto del itinerario. El equipo iba tomando ritmo y seguridad en la progresión. El tramo 3 fue un verdadero entrenamiento para lo que iba a venir después, consistía en una puente tibetano corto y muy seguro, casi una autopista de peaje, y una pared vertical de mil demonios, con flanqueo y cambios continuos de seguridad. Raquel se destapó en su inigualable estilo, progresando con garantías y técnica depurada. Dani no le quitaba el ojo de encima, en este caso, de debajo. David, cual trapecista, retrataba el avance lento pero seguro del equipo, contorneándose entre el amasijo de cables y hierros para sacar el mejor posado de los compañeros de cordada, en un permanente dialogo con las “aligas”, sus hermanas del aire.

El tramo 4 no defraudó a nadie. La aproximación al paso de la fe fue quizás el punto mas critico de la ascensión, extraplomo largo con los justos agarres y un flanqueo a izquierdas nos dejaron encajonados entre dos paredes. Exhaustos y con la certeza de que no había retorno posible, avanzábamos metro a metro hacia un precipicio entre dos masas verticales de roca. El cable se acabó repentinamente y, en la mole granítica de enfrente, a una distancia casi insalvable, un agarre y un cable nos esperaban desafiantes. Había que tomar una decisión rápida. En un alarde de fuerza y mediante un arriesgado salto, ganamos la otra cara del precipicio (también con la opción sin seguridad). Una ascensión muy vertical con un patio inacabable nos esperaba al otro lado. Un autentico desafío extremo!

Tras un breve descanso en un tramo horizontal con excelentes vistas sobre el pantano y la zona de aparcamiento aun iluminada por las luces de la furgoneta, iniciamos el tramo final, compuesto de 2 tandas de paredes a cual mas vertical. Una vez en el lío, nos dimos cuenta que ya estábamos preparados para cualquier desafío, nos estábamos licenciando en la universidad de la piedra y el hierro casi sin darnos cuenta. Avanzábamos con calculada precisión, entre agarre y agarre David mantenía un sublime dialogo con las “aligas”, Ignacio Peró sostenía su dialogo interno sin protesta ni ademán de cansancio. En la segunda tanda nos dividimos, puesto que un cartel anunciaba un tramo ED y alguno pensó que tras casi 4 horas de esfuerzos, valía la pena llegar entero a la cima. El grupo de los machotes, atacamos sin titubeos el extraplomo final ¡Que grande!

Acabadas las emociones verticales, agotados pero felices por la hazaña, nos acomodamos sobre cuatro piedras para devorar los manjares traídos de casa. Desde esta particular atalaya, las “aligas” se contoneaban sobre nuestras sudorosas cabezas y la furgoneta se divisaba a lo lejos, ahora ya sin necesidad de iluminar el penumbroso aparcamiento. El pantano, en último término, recogía el abismal paisaje. El cansancio dominaba nuestras palabras, especialmente las de Ignacio. Retomadas las fuerzas, iniciamos el descenso. En busca de una ultima aventura, decidimos localizar el mítico rappel del bosque, del que ni los lugareños conocen certeramente su autentico emplazamiento. Tras un denodado esfuerzo de orientación, localizamos el punto exacto del rappel, montamos las cuerdas y David inició el peligroso descenso. A continuación Jesús se ató a la cordada y repentinamente desapareció de nuestra vista. Nos temimos lo peor. Todos a una nos lanzamos el rescate, Noe, con lágrimas en los ojos y sin tiempo para tomar aliento, inicio un descenso suicida por el barranco. A los pocos segundos, encontró a Jesús tendido en una suerte de lecho de matojos y piedras, con una sonrisa dibujada en sus labios y una expresión en la cara que decía algo así como…Joder, pero si era un saltito de dos metros!

Llegados al aparcamiento, exhaustos, descubrimos que la batería de la furgoneta no era eterna. Gracias a Dios, unos ferrateros de la comarca, llevaban un equipo de reanimación y pudimos salir, sin más novedad dirección Barcelona. Gran lunes de Resurrección!

VIA FERRATA DE LES BAUMES CORCADES

Iniciamos nuestro periplo ferratino por la Via más técnica de todas. Quisimos aprender en la mejor escuela para mas adelante graduarnos en futuras universidades de la roca. El equipo lo formamos Dani y Raquel, Israel y Cristina, Carlos, David y Nacho. Un equipo mixto y bien preparado, con el toque siempre glamuroso de las féminas. Iniciamos la ascensión, tras un merecido café y surtido de bollos, a primera hora de la mañana de un dia soleado pero ventoso.


El tramo 1 y 2 lo superamos sin ninguna dificultad, mas allá de los divertidos comentarios de Cristina y la continua preocupación de Dani por facilitar el camino a su querida Raquel. El tramo 3, el mítico puente Nepalí de 68 mts y patio de órdago sobre el valle, supuso la primera dificultad seria. Dudas, algún intento de “me vuelvo a casa”, pero finalmente en un arranque de valentía y cierta ignorancia, fue superado por todos los miembros (y miembras), al final, alguna lagrimilla, cambio de bragas y muchos gritos de emoción, sobre todo en el pase a una pierna de Israel, con “dance” vertical incluido.

El tramo 4 denominado “l`Esperó”, en su variante ED (extremadamente difícil), se presentaba como un verdadero reto a nuestras ya diezmadas fuerzas. Las chicas prefirieron reservarse para el siguiente tramo y tomando buena posición por la variante fácil, se aplicaron en la grabación y concienzudo retrato de la progresión de los chicos. El inicio del tramo, con extraplomo y cambio de seguridad “todo en uno”, puso a prueba la concentración del equipo de ataque. A continuación, sin apenas tiempo para respirar y recuperar fuerzas, un flanqueo inacabable en semi extraplomo y verticalidad “extrem” nos condujo a un doble extraplomo con caída de mas de 40 mts., donde ni la fuerza, ni la concentración ni los ánimos eran suficiente ayuda para superarlo. Al grito de ¡con dos cojones! Fuimos uno a uno, en silencio, luchando contra semejante calvario ferratino. Ni las ensangrentadas manos, ni el inacabable patio, ni los posados invertidos de Carlos pudieron con nosotros. Al coronar, abrazos, aullidos y la ya clásica frase de Israel “¿donde empieza la ferrata?” nos llenaron de gozo y comunión montañistica.

Para postres, y tras un largo y pesado tramo de aproximación sin dificultad, nos allegamos al tramo 5. Esta última pared tiene un cierto carácter ludico y entretenido. Barriga con extraplomo rápido (que se puede pasar sin asegurarse), cueva y salida al balcón aéreo mediante una suerte de artilugio compuesto de tubo y escaleras, todo en junto hizo las delicias del ya exhausto equipo. Superado sin mayor dificultad, salimos escupidos a la cumbre del Puigsagordi, final de la Via y perfecto prado para tomar los ultimos retratos de familia, ingerir unas merecidas viandas, echar unas risas e iniciar el descenso por un camino bien marcado hasta el aparcamiento. En fin, un mañana de verdadero aprendizaje ferratero, en la que ningún “Brothers in Legs” quedo defraudado. Muy recomendable repetir, si estas un poco deprimido o en crisis. Se te pasa en la primera pared!